Un poco de historia

lunes, 9 de junio de 2025

Archivo: Difusión

 


9 DE JUNIO, DÍA INTERNACIONAL DE LOS ARCHIVOS

 

Algunas notas sobre extravíos, hurtos y expurgos de papeles.

Juan Luis Espejo Lara


Un año más, desde Rayya. Revista de investigación sobre la historia y el patrimonio de Archidona y la comarca Nororiental de Málaga, queremos unirnos a la celebración del Día Internacional de los Archivos. En esta ocasión, vamos a centrar nuestra atención sobre la conservación, protección, custodia y buen uso del patrimonio documental. Teniendo en cuenta que los documentos se han deteriorado con el paso del tiempo y que ese proceso de degradación continuará, si no se pone remedio, resulta tarea prioritaria, para evitar su destrucción, actuar sobre las causas que lo provocan.

La singular vulnerabilidad del papel hace que esté expuesto a múltiples peligros, tanto intrínsecos, originados por la propia naturaleza del material (tipo de papel y calidad del mismo), como extrínsecos, causados por una incorrecta manipulación y/o por una deficiente conservación ambiental (humedad, temperatura, luz, polvo, microorganismos: hongos y bacterias; insectos: bibliófagos y xilófagos; y vertebrados: roedores y pájaros); sin olvidar los graves e irreparables daños producidos por factores catastróficos o accidentales (inundaciones e incendios).

Pero son las acciones inducidas por el hombre las que más incidencia tienen sobre el patrimonio documental, máxime cuando impera la inconsciencia, la negligencia o la ignorancia en aspectos tan trascendentales como implementar las medidas necesarias para la conservación, manipulación y uso de los fondos, pues no siempre se hizo ni se hace de forma responsable y cuidadosa.

Nuestro Archivo Histórico Municipal no ha estado exento de los efectos perniciosos antes descritos.

Desde su creación, el Concejo se preocupó de preservar sus fondos, disponiendo de un arca para poner las escrituras y libros del Cabildo, y de regular su organización, dedicándole un apartado en las Ordenanzas Municipales del año 1598, prestando especial atención a la custodia y control de los fondos para evitar pérdidas o sustracciones:

Yten, en el dicho Ayuntamiento y casas del a de aver una arca   archibo de tres llaves conforme a la ley real, en el qual esten todos los papeles, escrituras y privilegios que convengan al dicho Cabildo y al bien publico desta villa y la una llave tenga el señor corregidor y la otra un alcalde o regidor y la otra el escribano del Cabildo, y en el dicho archibo aya un libro donde esten escritos todos los papeles, escrituras y privilegios que en el uviere con quenta y claridad y si algun papel, escritura, libro o otra cosa se sacare se escriva en el libro como y para que y quien lo lleva y se haga bolver y no haziendose asi sea a cargo de los que tienen las llaves”.

Sin embargo, pese a estas medidas preventivas (depósito de documentos protegido, control de acceso y registro de consulta y uso), el permanente mal estado de las casas consistoriales, casi siempre necesitadas de reformas, propiciaba el descontrol sobre los fondos documentales. Así, en el año 1601, el derrumbe de parte del inmueble supuso un grave riesgo para el archivo y la documentación que guardaba, pues el arca del archivo se perdió y, con ella, papeles de mucha importancia y a esta causa se llevaron muchos de los dichos papeles y no han aparecido. Tres años después, el Concejo reconoce las pérdidas de documentos y manda construir, en el hueco de la escalera por donde se sube a la sala alta del Cabildo, el primer cuarto destinado propiamente a archivo, con su puerta con cerradura y llave, con un escritorio y una estantería, en el que se recojan los papeles porque de no haberlo están los papeles a mucho riesgo y andan en muchas manos.

La ruina de las casas capitulares obligaba, además, a realizar continuas mudanzas de oficinas y, por supuesto, del arca del archivo, contribuyendo al descontrol sobre los papeles y a cambios ambientales.

Esta situación no pasó desapercibida al juez de residencia en la visita que hizo a la villa, en 1727, advirtiendo que, aunque en el Cabildo existe un arca archivo con tres llaves que contiene papeles, libros, ejecutorias, privilegios reales, pragmáticas y otros, como mandan las Leyes del Reino, no consta haber inventario o memorial de dicha documentación; por ello, manda que, sin dilación alguna, se haga un inventario. Por primera vez se lleva a cabo un registro exhaustivo de los fondos documentales existentes en el Archivo Municipal, cuya custodia queda garantizada con su depósito en un arca triclave y sendos claveros. (AHMA, Leg. 321)

Tales medidas no garantizaban, en la práctica, la seguridad de la documentación archivada en el arca. En diciembre de 1762, al redactar el inventario post mortem de Francisco Gómez Navarrete, alcalde ordinario en 1741, se encontró entre sus papeles un real privilegio escrito en pergamino por el qual el Sr. Rey Don Phelipe segundo se sirvio confirmar a esta villa el que le hizieron los Señores Reyes Catholicos de exempzion de pagar alcavala y otros derechos. Puesto en conocimiento del corregidor, ordena este que: siendo este importante instrumento propio de esta dicha villa y perteneciente a su archivo, de donde anteriormente abria sido extraido (…) que fuese recogido y entregado en la escribanía de cabildo para restituirlo y colocarlo en dicho archivo como es debido. (AHMA, Leg. 35. Documento cedido por D. Manuel Garrido)

Se trataba, nada menos, del Real Privilegio escripto en pergamino en nueve ojas utiles y parese ser despachado por el Señor Rey D. Phelipe Segundo su fecha en la villa de Madrid en cinco de enero del año pasado de mil quinientos ochenta uno, confirmatorio de otro que en el esta ynserto expedido por los Señores Reyes Catholicos en la ciudad de Cordova en veynte y quatro de noviembre del año de mill quatrocientos setenta y ocho.

Y en el expresado Real Privilegio en la oja decima estan pintadas las armas de que usa esta villa que se reduzen a una orla en que esta una muger con una corona en la caveza sentada a la puerta de un castillo con una espada en la mano derecha, y en la yzquierda un manojo de espigas, y en el pecho un escudo compuesto de tres quarteles, en el derecho superior un castillo, y en el yzquierdo un león rapante, y en el ynferior tres xirones, y dicha muger esta mirando a un sol que pareze esta pintado en la esfera , y de la orla a donde esta dicha muger cuelga una targeta también pintada y en ella un rotulo con letras doradas que dizen: Archidona.

Hechas las diligencias oportunas, tan significativo documento se colocó en una caja, junto a los demás privilegios de la villa, y fue depositada en el archivo, el cual se cerró con las tres llaves que custodiaban el corregidor, el teniente de alcaide y el escribano de cabildo.

A veces, en los archivos es necesario llevar a cabo “expurgos” o “descartes selectivos” de documentos, para eliminar aquellos que ya no tienen valor legal, histórico o administrativo. Evidentemente, esta delicada tarea, sobre todo cuando puede afectar a documentación histórica, debe llevarse a cabo con unos exigentes criterios de selección.

        Hace unos ochenta años, los fondos del Archivo Municipal de Archidona sufrieron uno de estos “descartes selectivos”, que mermó considerablemente su rico acervo documental. (Espejo Lara, J. L.: “Un expediente de expurgo de documentación del Archivo Municipal de Archidona (Málaga), 1943-1944”. Publicado en Cruces, E. y Aqquesolo, J. (Coord.). Los años convulsos. 1931-1945. Documentación del Archivo Histórico Provincial de Málaga. Cádiz: Junta de Andalucía. Consejería de Cultura, 2006, pp. 79-82.

 

En plena posguerra, ante la gran escasez de papel y de materias primas para su fabricación, originada por la difícil coyuntura económica internacional como consecuencia de la II Guerra Mundial, las autoridades franquistas pusieron en marcha una serie de medidas tendentes a liberar a la industria española de las necesidades de la importación, en el más puro “esfuerzo autárquico”. En este contexto, emiten una orden (29 de julio 1942) en la que disponen que se proceda a la separación de los archivos de la documentación prescrita, inútil o inservible a efectos históricos, jurídicos o administrativos y de los libros sobrantes de publicaciones impresas que se encuentren en igual caso.

 

Haciéndose eco de tales disposiciones, la Corporación Municipal de Archidona, aprovechando que había necesidad de proceder a la ordenación general del Archivo Municipal que se encontraba muy abandonado, con el fin de enlegajar todos los documentos y separar los inútiles, acuerda que, una vez efectuada la reorganización y selección de documentos, se haga inventario de los que se van a conservar y de los que se declaren como inservibles y, por tanto, sean destinados a la elaboración de papel.

 

La selección de los documentos fue realizada por el archivero nombrado para tal efecto, el Oficial Mayor, y por el Secretario, siguiendo sus propios criterios, pues la citada Orden nada dice acerca de las normas de selección ni qué documentación debe considerarse como inútil ni sobre las fechas extremas que deben considerarse en el expurgo.

 

En los primeros meses de 1944, se lleva a cabo la selección. El archivero ocasional extrae de las viejas estanterías los legajos que, según su criterio, no merece la pena conservar, y sobre un inventario realizado años atrás, 1929, va señalando los elegidos para ser destruidos.

 

El día 19 de febrero de 1944, se procede a la venta del papel inservible, un lote integrado por boletines oficiales y revistas anticuadas y en mal estado y por 94 legajos cuya relación se adjunta. El peso total del papel enajenado es de 2591 kilos, correspondiendo 1909 kilos a legajos y 672 kilos a boletines y papeles sueltos. El valor de la venta ascendió a 774 pesetas y 30 céntimos, descontados los portes desde Archidona a Madrid. El importe de la venta fue entregado, por indicación del Gobierno Civil de la Provincia, a la Jefa Local de la Sección Femenina de FET y de las JONS de Archidona, con destino a las atenciones y fines de la misma.

 

        La documentación que ha quedado en el Archivo, una vez efectuada la recopilación, unos 80 legajos, más 62 correspondientes al Pósito, se reordena y enlegaja y, posteriormente, el oficial encargado del Archivo procede a inventariarla.

 

Muchas de estas revisiones y eliminaciones de documentos históricos se llevaron a cabo sin la participación y asesoramiento de personal especializado, infringiendo las disposiciones vigentes en aquellos momentos y ocasionando pérdidas irreparables.

 

En el caso que nos ocupa, si observamos la relación de legajos destruidos, el desacierto de la selección es evidente. Casi todas las secciones del Archivo Municipal sufrieron los efectos devastadores del expurgo, privando a los historiadores de unas fuentes fundamentales para el desarrollo de la investigación en determinados campos del conocimiento histórico.

 

Relación de documentos del Archivo Histórico Municipal de Archidona que fueron vendidos como papel inútil (1944)

Materia

Años que comprende

Padrones Vecinales

1719-1890

Cuentas y Presupuestos

1866-1897

Elecciones Municipales, Provinciales y Generales

1629-1909

Cuentas de Propios, Arrendamientos de Frutos, Dehesas, Arbitrios, Impuestos, Consumos, Presupuestos y Censos

1592-1924

Registro de Ganados

1800-1835

Denuncias

1550-1819

Autos Ejecutivos y Pleitos

1517-1793

Milicias

1546-1860

Quintas

1861-1900

Expedientes Guardas Jurados

1791-1902

Cárcel

1695-1884

Multas

1829-1897

Defraudaciones

1868-1915

Alumbrado

1860-1871

Sanidad y Beneficencia

1786-1904

Beneficencia

1787-1904

Libros Capitulares de Órdenes y órdenes

1760-1823

Registro Civil. Nacimientos

1841-1870

Registro Civil. Defunciones

1841-1870

Registro Civil. Matrimonios

1841-1870

 

Rayya. Revista de investigación sobre la historia y el patrimonio de Archidona y la comarca Nororiental de Málaga, os invita a conocer y a apreciar la riqueza de nuestros Archivos y a persistir en el compromiso de conservarlos y protegerlos, para evitar los peligros que puedan amenazarles.

lunes, 26 de mayo de 2025

Colaboraciones

 PRESENTACIÓN DEL NUEVO POEMARIO DE JOSÉ LUIS NUEVO

El pasado 10 de mayo, y dentro de la programación de la 27.ª Feria del Libro de Archidona, se presentó, en la Biblioteca Pública Municipal “Dr. Ricardo Conejo Ramilo”, un nuevo libro de poemas de José Luis Nuevo Ábalos, asiduo colaborador con Rayya, titulado “Las tijeras del gran impostor”.

Asistieron al acto, el concejal de Cultura, Pablo Garrido, vecinos, amigos y familiares de José Luis; que pudieron disfrutar con la lectura, por parte del autor, de algunos de sus poemas y deleitarse con la interpretación musical del guitarrista Ignacio Ábalos.

Fue su hermano Jesús el encargado de presentar al autor y a su obra y lo hizo de una forma muy personal, alejada de todo academicismo, pero llena de sensibilidad, ternura y  admiración, bajo la atenta protección de un entrañable hermano mayor.

Imagen: Alejandro Sánchez del Olmo

Buenos días. Me llamo Jesús Nuevo, y soy hermano de José Luis Nuevo Ábalos, que es hoy el protagonista de esta presentación para con este bonito poemario, que voy brevemente a presentaros. Mis palabras no están ligadas al estudio erudito de los poemas, nada más lejano, pero sí a lo que me dicta el corazón, y con el que quiero llegar a todos y todas de vosotras.

 

Hoy hermano, quiero acompañarte en esta presentación. Expresarte el amor que te tengo y el orgullo de ver y sentir hasta donde has llegado, a base de tu trabajo, paciente y delicado. Aunque la sangre se coloca como un precepto en la relación, y desde pequeños se nos inocula este mandato, es el respeto que nos hemos tenido en el grupo familiar al que pertenecemos, el que me hace sentir esa sensación de orgullo. Yo te llamo mi hermano emocional, pues contigo comparto algo más que la biología, o unos padres y hermanos que nos acompañaron y que nos acompañan en esta aventura del vivir día a día.

 

Ahora quisiera comentaros algunos datos de nuestra biografía común. Comenzamos cuando yo tengo casi 5 años y viene al mundo aquel niño rubio, a una familia que cuando repaso las fotos y llamo a la memoria, me dice que es deseado y trae bajo su brazo alegría, pues aporta algo totalmente nuevo, que siento que nadie esperaba. En casa, todos nosotros y nosotras sus hermanas y hermanos, hablamos de él, con la connotación de que era diferente. Achacábamos esa diferencia a algo en lo que resultaba singular y que le daba ese matiz. Nació en primavera, ya casi verano y eso es todo un festín para celebrar fuera de ese frío y de esas toses, resfriados y oscuridades que da el invierno donde fuimos a nacer todos los demás.

 

Hay en él, dos cosas de las que quiero contaros algo: Desde que pudo controlar sus manos, éstas se convirtieron en algo más que su instrumento.


Mi madre lo desalentaba comparándolo a un tío suyo, el cual hizo de sus manos un modo para sobrevivir. Le decía: “Compongo, descompongo y arreglo máquinas”. En los años 60, realizar algo con las manos sólo tenía un valor mecánico. Poner en tus manos aquello que tienes en tu cabeza, no estaba muy bien visto. Pero José Luis, quiso y con el tiempo va más lejos. Pinta, graba y realiza montajes, en los que se cuela su imaginación. Colorea los lienzos, los objetos, dando un toque singular a sus obras. De esa descomposición, sale un fruto nuevo.

 

Disfruto cuando despierto en las mañanas y veo en mi cuarto un cuadro que contiene un peral multicolor, sin simetrías, en el que las peras lo cargan casi hasta el infinito.

 

La segunda cosa que quiero contaros y que se ha convertido en otra de sus habilidades, es para mí, el recuerdo del uso, construcción y todo cuanto se pueda hacer con las palabras. Palabras que empezó a amar, cuando la naturaleza le dotó de un frenillo, que le impedía pronunciar correctamente la “r”. Fantaseo que, a partir de aquí, comenzó a buscar la etimología, la etiología, la semántica del uso de esta lengua que nos comunica.

 

Y lo recuerdo escribiendo en nuestro cuarto de estudios, no inventando palabras, sino encajándolas para que dijeran y hablaran de historias, de justicia social, de amor. Era, es y así lo siento, como un obrero de la palabra. A base de pico y pala, sobre las palabras, le dio y da sentido a su vida.

 

Pasó del instituto, al magisterio, escribiendo en aquella revista de hojas de colores que se llamó: “El Cao”. Como aquel lugar donde a base de palabras las mujeres de este pueblo, lavaban la ropa con palabras de amor, de historias familiares, de sueños. Aún queda un retazo de esta revista en forma de mosaico en el callejón de la plaza, frente al mercado.


Inquieto, pintando, escribiendo, fue más allá, hasta licenciarse en las mal llamadas lenguas muertas, de las que llegó a doctorarse por la Universidad de Sevilla. Mi memoria me habla de su entusiasmo, y su querer contagiarme por el sarampión de ese conocimiento. Me prestaba libros de texto para que yo aprendiera latín, y entendiera mejor esas palabras, leyendo en su lengua de origen aquellos libros que son la raíz de tantos otros que hoy divierten, o enriquecen, y que nos rodean en esta biblioteca.

 

Y así, con ese trabajo de hormiguita ha ido construyendo una bibliografía que ha pasado de tener un componente cognoscitivo amplio, a otro más emocional.

 

Me recuerdo con él paseando por la vega, y hablándome de sus visitas al Archivo de Indias, para encontrar información para otros, que necesitaban esas palabras para probar su partida a las Américas. Y de su búsqueda de Cabello de Balboa (su descubridor preferido) y novelar su aventura. También de otros archidoneses, desconocidos para una gran mayoría de nosotros, pero que ocuparon un lugar que aún nadie reconoce, y que tuvieron su sitio en la historia de otros pueblos, y que aún permanecen ocultos para la mayoría de nosotros.

Tampoco puedo olvidar las historias sobre el arte de hacer papel y como distinguir su origen, haciendo sobre él marcas, que hablaban de dónde venía y quien lo procesaba. De los monopolios y de las fábricas, molinos y batanes que nada tienen que ver con nuestras actuales celulosas. De su manufactura que hoy sería todo un ejemplo, reciclando trapos y papeles viejos. Trabajo por el que fue recompensado con un premio a la investigación. Papel, al que también da un hueco en su poemario cuando nos dice en uno de sus versos:


Imagen: Alejandro Sánchez del Olmo

“Escrito está en la barba / del papel siempre eterno, / sin pregunta ni respuesta.”


Palabras también en los lenguajes de los objetos que nos han sido frecuentes y que permanecen invisibles para nuestros ojos, como la pila bautismal de la Virgen o cada uno de los cuerpos que conforman la torre de las Mínimas.


Y así llego de la razón, al corazón, por sus poemarios que son libros de historia cotidiana como el que dedicó a nuestra casa materna: “Bar Casa Víctor”. Y este: “Las tijeras del gran impostor”. Donde poemas serenos y de madurez, nos hablan de la intimidad de sus sentimientos, de ese: “Conócete a ti mismo”. Dividido en tres cuadernos, que son colores y elementos, y que comienza hablando de esa impostura con la que juega el tiempo. Entonces nos dice:

 

“hoy he cogido al tiempo / con mis manos limpias.”

 

En ese tiempo donde la soledad se hace presente, sin perturbarle, para poder decir:

 

“y veáis en el silencio de la soledad / cómo caen los copos de la vida / lentamente sobre los hogares,”.

 

Soledad a la que quiere trascender, manifestando:

 

“No tengo angustia en el bolsillo, / pero me fumo las húmedas palabras / para encontrar el centro del ser.”

 

Y a la que se enfrenta, increpándole:


“Hoy, soledad, te busqué / entre multitud de muertos, y no estabas, no estabas.”

 

Porque sólo el que vive en el tiempo presente se vuelve verdaderamente lúcido, para crear, y para decirnos:

 

“Sentado   a   la   mesa  redonda  /   me   encuentro  yo,   solitario,  / pensativo, la luz azul, fría, / sobre el papel yerto.”

 

Imagen: Alejandro Sánchez del Olmo


Descubriendo el secreto como una canción que canta:

  

“Descubrir la palabra precisa, / que delimite las cosas el secreto, / ha sido el afán de elegidos y alucinados.”

 

Y permitirme que acabe no con la muerte plañidera y quejosa, sino con la reivindicación del amor hacia aquella prima nuestra que se fue y de la que me emociona el recordarla, con este verso:

 

“Tus amores insolentes y malvados / te embriagan de mentiras y besos, / y el fuego de los cigarrillos negros / quemaba la fugaz pasión.”

 

Y para mi todo está bien y ahora os dejo con la música y la palabra. Dicen que la música nos educa en la espera, en el tiempo de la víspera, en el resonar con el otro. Es por eso que no está tan alejada de esta obra que nos adentra en una singular pedagogía del tiempo: Las tijeras del gran impostor.

 

La música la pone nuestro primo Ignacio. Otro maestro y amante, en este caso de la guitarra. Alguien que también desde mucho tiempo atrás supo tolerar la soledad, y esperar a través de este arte, la Música, encontrar un destino que hizo suyo, y convertirse en lo que hoy es.

Gracias.

domingo, 11 de mayo de 2025

Fecha de recepción de artículos para el número 21 de la Revista Rayya

Queda abierto el plazo para la recepción de originales, artículos, para el próximo número de Rayya, el 21, que concluirá, D.m., el próximo día 15 de septiembre de 2025 a las 23:59 horas.

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Los artículos y materiales para publicación pueden remitirse a la siguiente dirección postal: Biblioteca Pública “Dr. Ricardo Conejo Ramilo” C/ Carrera, n.º 1. 29300 Archidona (Málaga) o enviarse a estos correos electrónicos: revistarayya@gmail.com y biblioteca@archidona.es.

Puedes descargar las Normas de Publicación en este enlace.


miércoles, 23 de abril de 2025

27.ª Feria del Libro. Archidona. El Bibliobús, para que nadie se quede sin Biblioteca

El blues del bibliobús

Juan Antonio Tirado

En aquel tiempo remoto, yo vivía en el Cortijo Nuevo, a casi dos kilómetros de la Estación de Archidona. Hablo de la época del bachillerato en el Instituto Luis Barahona de Soto. Los veranos eran largos y las horas pasaban lentas, no al ritmo impetuoso con que discurren ahora. En mi biblioteca solo tenía unos pocos libros. Hasta que a los catorce años compré El Buscón de Francisco de Quevedo, lectura obligatoria de clase, no entró el primer volumen en casa, pero en seguida me enamoré de la letra impresa, me di cuenta de que mi vida tenía que estar tocada por la gracia libresca, aunque esa expresión es de ahora y no de aquel tiempo en que estaba poseído por la fascinación de la literatura, sin buscarle más pies retóricos al gato.

Fue por entonces cuando empezó a llegar a la Estación un autobús repleto de libros, una verdadera isla del tesoro, un sueño para mí y para mi primo Juan Ramón, cinco años más joven, y para otros paisanos. El artefacto se llamaba bibliobús, era una biblioteca con ruedas. No imaginaba yo que existían cacharros con esa mercancía, pues el único autobús que llegaba invariablemente de lunes a viernes era el coche correo, que conducía Ricardo, el cartero, que aparte de las comunicaciones postales transportaba a quienes habían ido esa mañana a Archidona.

Autora del cartel: Rocío González Tirado.

El bibliobús llegaba por la tarde, me parece que, en martes alternos, y ese era un día señalado para mí, de manera que entregaba los libros ya leídos y sacaba otros dos, creo recordar que solo se podían coger dos, por lo que procuraba que fueran voluminosos. En alguno de los veranos me dediqué a leer en exclusiva teatro, con lo cual me hice una buena cultura dramática. Cada tomo traía cinco o seis obras de un autor, y yo leí por aquellos días a Buero Vallejo y a Sastre, a Lorca y a Valle, a Mihura y a Jardiel, a Arrabal y a Alfonso Paso… sobre todo autores españoles del siglo XX, aunque también los grandes clásicos como Shakespeare, Calderón y Lope. Lo que más me gustaba era entrar en el autobús y perderme por entre los estantes. El tiempo era limitado, con lo cual esa excursión tenía que hacerla sin demorarme demasiado. En todo caso, ese trastear entre las hileras de libros, en busca de sorpresas, era maravilloso. No he perdido la afición, aunque el tiempo va limando el entusiasmo, pero cada vez que entro en una librería lo hago con la expectativa de descubrir una joya entre todos los libros alineados en la mesa de novedades.

La edad del bibliobús, fue la de la adolescencia y la arborescencia de las ilusiones. El mundo estaba por estrenar, los sueños por cumplir. Yo había querido desde la infancia que llaman tierna ser periodista, y también escritor, sin saber cómo se cocinaba una noticia, sin tener ninguna historia que contar. Yo quería que mi voz resonara en el ancho mundo, bien con la cadencia de la letra impresa, bien a través de la radio y la televisión. Para entonces, apenas había leído las páginas del AS Color, donde seguía apasionadamente los triunfos y las derrotas de mi equipo, el Atlético de Madrid. Pero la infancia quedaba atrás y la altura de los 16 años  era ya un lector fogoso, al que el bibliobús colmó de alegría. Fueron unos veranos febriles, que ahora evoco mientras recuerdo con emoción y gratitud a mi tocayo Peláez, volcánico, torrencial, rebosante de lecturas, fervoroso capitán de la amistad. Era algo mayor que yo, y me llevaba muchas leguas de ventaja en los menesteres literarios. Era el intelectual orgánico de la Estación. El cáncer, enemigo mortal, se lo llevó hace un par de años. Este paseo por el tiempo del bibliobús me lo trae a la memoria.


Juan Antonio Tirado (Archidona, Málaga, 1961) empezó a escribir en los periódicos antes de cumplir la mayoría de edad, y no ha parado, aunque ha desarrollado buena parte de su actividad profesional en la radio y la televisión.

Es licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense y ha cursado estudios de Sociología.

En 1986 ingresó en Radio Cadena Española en Valladolid, de donde pasó a Radio Exterior de España y a los informativos de fin de semana de Radio Nacional.

Desde 1998 formó parte de la plantilla de Informe Semanal, el clásico de TVE que en marzo de 2023 cumplió medio siglo.

Allí ha realizado cientos de reportajes y ha obtenido diversos premios.

Es autor de los libros Lo tuyo no tiene nombre, Las noticias en el espejo, Siete caras de la Transición y El taxista que no leía a Luis Rosales.

domingo, 13 de abril de 2025

Felicitaciones

Isabel Nuevo Torres, voz y alma del pregón de la Semana Santa Archidonesa

Desde el blog de Rayya, queremos rendir homenaje y mostrar nuestra más sincera enhorabuena a nuestra compañera Isabel Nuevo Torres, quien el pasado fin de semana ofreció un pregón de la Semana Santa que quedará grabado en la memoria de todos los cofrades archidoneses.

Miembro del Consejo de Redacción de Rayya y colaboradora habitual —con dos artículos que llevan su sello personal y comprometido—, Isabel ha demostrado una vez más su entrega y generosidad, siempre dispuesta a colaborar en todo lo que se le solicita. Esta vez, su voz se alzó desde el atril como eco de fe, devoción y profundo conocimiento de nuestras tradiciones.

Su extenso y sentido pregón no dejó ningún rincón ni cofradía sin mencionar. Con palabra certera y corazón abierto, Isabel supo trazar un recorrido espiritual por cada hermandad, deteniéndose en cada paso, en cada imagen, en cada momento de la Pasión que Archidona revive cada primavera.

Especial mención merecen sus emotivas palabras hacia la Virgen de Gracia, patrona de todos los archidoneses, en las que no sólo mostró su devoción, sino también un firme apoyo al proceso de su coronación canónica. Su voz se convirtió entonces en clamor del pueblo, en oración compartida.

Conocer a Isabel es entender que su pregón no fue otra cosa que una prolongación natural de su vocación como guía turística de nuestra ciudad: ella lleva a Archidona en la palabra, en la mirada y en el alma. Y así lo transmitió en cada verso, en cada evocación, en cada silencio lleno de emoción.

Desde Rayya, gracias Isabel por recordarnos, con tanto arte y verdad, por qué la Semana Santa archidonesa es reflejo de nuestra identidad y de nuestra fe compartida.

Foto: Alejandro Sánchez del Olmo.

jueves, 10 de abril de 2025

Crónica de un proceso de Beatificación


En los albores del siglo XIX, en una España convulsa e influida por los ideales surgidos con el nacimiento de las democracias censitarias y el ocaso de las monarquías absolutas, la Revolución francesa y la posterior era napoleónica ayudarían a expandir las ideas republicanas y liberales durante el reinado de Fernando VII, llamado «el Deseado» y «el rey Felón»​; en una España un tanto rezagada respecto a la revolución industrial naciente e inmersa aún en una economía fundamentalmente agrícola, surge en Archidona una figura de especial relevancia espiritual.

Esta ciudad no queda al margen de los acontecimientos y líneas futuras que ya se dibujan en quienes sueñan con ser europeos.  En el último año del siglo anterior, en agosto, y tras un largo e intenso proceso de crecimiento y discernimiento espiritual, ingresa en un rincón de paz, serenidad y quietud, como es el Monasterio de Monjas Mínimas, Madre María del Socorro Astorga Liceras, quien, tras muchos sufrimientos por varios procesos patológicos de  cierta gravedad, decide y logra formar parte de dicha comunidad y allí encuentra el camino para desarrollar su labor social, espiritual, de perfección y talante vocacional enfocado hacia un hondo misticismo que, analizado en profundidad, entronca con lo más granado de la mística del siglo XVI en España.

Viéndose abocada, por solicitud de su confesor, a escribir un diario de su sentir espiritual, encontramos numerosos escritos donde expone este sentir, vivir y deseo de fundirse en un todo con su amado el Altísimo. Escritos que, por diferentes circunstancias, han sido celosamente guardados y protegidos por las monjas del monasterio pasando como legado reverencial y esperando el momento de salir a la luz para el conocimiento, uso y dirección espiritual de muchos.

Es en estos tiempos cuando ha llegado ese momento largamente esperado y deseado por las hermanas mínimas y por numerosos devotos que la veneran, cuyos restos reposan en la cripta del monasterio y son objeto de visitas diarias por todos ellos. Una monja archidonesa que murió en olor de santidad y a la que, al fin, se le ha iniciado el proceso de beatificación, habiendo pasado ya la parte diocesana y encontrándose en fase vaticana como final de tan ansiado día en que podamos ver cómo es declarada beata.

Por ello, en el aniversario de su muerte, el pasado 31 de marzo de este año, se unieron el trabajo y la colaboración de la comunidad de monjas del monasterio y el grupo de Amigos de Madre María del Socorro para difundir aún más su figura, espiritualidad y legado que nos dejó, escritos que podemos encontrar en dos libros editados y a la venta tanto en el torno de monasterio como en su página web.


Fue el día 30 cuando se realizó un acto donde se mostraban textos adaptados de Madre María del Socorro y musicalizados por el coro de monjas, cancionero que podemos encontrar en el CD editado con la interpretación magistral de los mismos por el citado coro, e interpretado ese día junto a la rapsodia de las estrofas; mostrando un camino espiritual y cuaresmal, como base y horizonte hacia Dios, de la espiritualidad mínima.

Posteriormente, el día 31 se ofició una Eucaristía, como culmen de la celebración de este aniversario de la subida al cielo de la madre, y una convivencia fraterna, donde pudimos degustar las delicias de dulces de cuaresma que la comunidad elabora y vende a través del torno del convento y son base de su sustento.


Sea esta reseña una invitación a conocer a tan insigne figura, descubrir una mística archidonesa aún por ver la luz y ser objeto de estudios que nos clarifiquen el camino de perfección que tanto ansiaba y al que nos invita desde lo más profundo de su ser.


Autor: Andrés Ramos Ayala

Imágenes: Enrique Sánchez Lafuente