jueves, 9 de junio de 2022

Archivo

 DÍA INTERNACIONAL DE LOS ARCHIVOS

ALGUNAS NOTAS SOBRE EL ARCHIVO PARROQUIAL DE ARCHIDONA

 

Es el hombre vivo lo que hay que

buscar bajo el polvo de los archivos

y en el silencio de los museos

Georges Duby

 

Cada año, desde el 2007, se celebra el día 9 de junio el Día Internacional de los Archivos con el propósito de promover la conservación y gestión del patrimonio documental que custodian, destacando el valor de estas instituciones como depositarias de la memoria de los pueblos.

Con motivo de esta efeméride, el pasado año, la Revista Rayya dedicó unas notas a la formación de uno de los archivos que integran el rico acervo documental archidonés, el Archivo Histórico Municipal; ahora, como continuación de esta secuencia, le toca el turno a nuestro extrañado Archivo Histórico Parroquial de Santa Ana, que, paradójicamente, ya no se encuentra en el pueblo que lo creó, acrecentó, custodió y respetó durante 500 años.

De manera subrepticia, hace una docena de años, sus libros partieron, mediante un procedimiento tal vez legal, pero escasamente correcto, para integrarse en el Archivo Diocesano de la capital malacitana, lejos de los protagonistas de sus viejos folios. No cabe duda de que los archivos parroquiales son archivos privados, pues pertenecen a la Iglesia Católica y, por tanto, puede disponer de ellos; pero esto no debió ser impedimento para que los fondos archivísticos del parroquial de Santa Ana hubieran continuado, de alguna manera, formando parte del patrimonio documental del pueblo en el que habían permanecido durante siglos, ya fuera mediante un acuerdo entre  Obispado de Málaga, Ayuntamiento y clero de Archidona, como el suscrito en el caso de Antequera; o, como mal menor, dejando depositada una copia digitalizada de los fondos documentales eclesiásticos en el Archivo Histórico Municipal de Archidona para su consulta por los investigadores.

El origen de la parroquia archidonesa data, oficialmente, del año 1505, cuando el arzobispo de Sevilla, fray Diego de Deza, llevó a cabo la ordenación parroquial de la diócesis malacitana. En ella se menciona por primera vez la parroquia de Santa María de Archidona, erigida sobre la mezquita de la fortaleza archidonesa. Cinco años después, el prelado Diego Ramírez de Villaescusa reformó la anterior erección parroquial y Archidona pasó a tener dos sedes para su parroquia: la antigua de Santa María y la recién creada nueva iglesia "sub urbis", situada en la nueva población de la Villa Baja o Arrabal. Fue esta nueva parroquia, bajo la advocación de Santa Ana, la que debió de acoger el primer archivo parroquial de Archidona, producto de la  documentación generada por la relación del párroco con sus feligreses, con las autoridades religiosas y con las civiles.

La formación de los archivos parroquiales quedó institucionalizada en la obra legislativa del concilio de Trento (Decreto 11-XI-1563, sección 24), en el que se estableció la obligación de los párrocos de anotar y custodiar diligentemente todos los libros que fuesen necesarios para dejar constancia del ejercicio de su ministerio: impartición de los sacramentos del bautismo y del matrimonio, de los entierros (a partir de 1614) y del cumplimiento pascual; al tiempo que se les exigía llevar una estricta contabilidad de las rentas que permitían el sostenimiento de la parroquia. Los archivos parroquiales, por tanto, presentan una variada tipología documental, pero son los libros sacramentales los que forman la serie más relevante.

Estas disposiciones tuvieron efecto en nuestro país a partir de la promulgación de la Real Cédula de 12 de julio de 1564 dada por Felipe II; aunque ya algunas parroquias se habían adelantado en la aplicación de las normas tridentinas, como la parroquia de Santa Ana de Archidona, en la que venía siendo práctica habitual, desde hacía algunos años, el registro continuado de los bautizados y de los casados en la villa.

El primer Libro de Bautismos, o de Bautizados, de Santa Ana es el más antiguo de los que se conservan en toda la provincia de Málaga. Empiezan las anotaciones el 26 de febrero 1517 y continúan hasta el año 1532, registrándose, en sus 153 folios, 1243 bautizos. Es una valiosísima fuente de información para conocer los primeros nombres y apellidos archidoneses, sus oficios, posición social y su ascendencia cristiano vieja o morisca.

Primera hoja del Libro 1º de Bautizos, en la que aparece la siguiente cabecera: “LIBRO P (roto) en que se an de escrevir todas (las) /criaturas que se baptiza/ren deste año de mil e /quinientos y de/zisiete años /en esta villa /de Archido/na. /PRIMERO. Foto cedida por Alberto Castro Tirado.


Completan los iniciales registros sacramentales: el primer Libro de Matrimonios, también llamado Libro de Casados o Velados (1563-1587) y el Libro de Colecturía (1582-1590), también llamado Libro de Testamentos y Misas.

Hoja con los primeros registros del Libro 1º de Matrimonios, comienza así: Miercoles 19 de enero de 1563 años, desposo y /velo el presente Lucas de Valençuela, cura, a Pedro /de Molina, hijo de Pedro de Molina y de Costanza /Gomez, su mujer, y a Maria de Navas, hija de Miguel de /Navas y de Catalina Fernandez, su mujer. Padrinos Mi/guel de Navas y su mujer Ynes Gonçalez. Testigos Juan San/chez y Françisco de Avila. (Firmado) Lucas de Valençuela. Foto cedida por Alberto Castro Tirado.


Además de los libros sacramentales, otros antiguos documentos integran los valiosos fondos del Archivo: Índices, libros de Fábrica, de Capellanías, de Visitas Pastorales, de Confirmaciones, así como documentación diversa de cofradías, hermandades y asociaciones religiosas, de patronatos y fundaciones, etc.

El cumplimiento de los cánones de Trento con respecto a los registros parroquiales no significaba que su guarda y custodia se llevara con el orden conveniente, siendo frecuentes las pérdidas de documentos sobre los que se sustentaba la vida de la feligresía.

Por ello, y para evitar el daño que estos extravíos ocasionaban a las iglesias, el obispo de Málaga, García de Haro dictó en el año 1588 unas Reglas para la formación de archivos y custodia de papeles de las parroquias del Obispado, que ponían la base de la organización de los archivos parroquiales. Según el anterior decreto, cada parroquia debía tener:

un archivo que es un caxon de madera queste con sus pies alto del suelo, de la capaçidad que pareçiere que conviene y que tenga tres apartados a manera de caxas que se çierre todo el caxon como escritorio con una tabla, el qual dicho caxon tenga dos llaves diferentes y tenga la una llave( ... ) el beneficiado mas antiguo y la otra el mayordomo de la tal yglesia y el dicho archivo se ponga en la parte de la sacristía de la yglesia donde este bien guardado

Desconocemos si el archivo parroquial de Archidona cumplió las normas tal y como aparecen recogidas en el decreto, pero si podemos afirmar que en la iglesia de Santa Ana existió una habitación destinada a tal cometido, en la que en un gran armario de madera se guardaban los libros y escrituras parroquiales. Esta habitación, a la que se accede en la actualidad por unas puertas con bellos relieves de los cuatro evangelistas, era conocida como sala del archivo y albergó sus fondos documentales hasta los años sesenta del pasado siglo, para trasladarse entonces a la casa parroquial, sita en Calle de la Plaza o de D. Carlos, en dónde han permanecido depositados hasta su partida para el Archivo Diocesano.

            Desde Rayya. Revista de investigación sobre la historia y el patrimonio de Archidona y la comarca Nororiental de Málaga os invitamos a conocer y a apreciar el valor de nuestros Archivos y a perseverar en el compromiso de conservarlos y protegerlos.

jueves, 2 de junio de 2022

Fecha de recepción de artículos para el número 18 de la Revista Rayya

Desde el Consejo de Redacción se anuncia que se amplía el plazo para la recepción de artículos del número 18 de la Revista Rayya hasta el domingo 31 de julio.

Los artículos y materiales para publicación pueden remitirse a la siguiente dirección postal: Biblioteca Pública “Dr. Ricardo Conejo Ramilo” C/ Carrera, nº 1. 29300 Archidona (Málaga) o enviarse a estos correos electrónicos: revistarayya@gmail.com y biblioteca@archidona.es.

Puedes descargar las Normas de Publicación en este enlace.