martes, 18 de octubre de 2022

Historia y patrimonio en migajas (VI)

 Archidona Cinema.

Los orígenes del cinematógrafo en Archidona en los años veinte.

                                                                                             

 Juan Luis Espejo Lara

 

        Hubo un tiempo en el que la existencia de un cine en un pueblo constituía un acontecimiento extraordinario y único para un embelesado público que, con asombro, veía imágenes de la vida, u otras vidas, reflejadas en una pantalla. El cinematógrafo se había convertido en la atracción que estaba revolucionando el mundo del espectáculo.

Y eso era lo que me contaba mi abuela Natividad de aquel cinematógrafo de su época que llegó a Archidona a principio de los años veinte; y con él, la modernidad.

En efecto, mediado el mes de mayo de 1921, un audaz empresario de Villanueva del Trabuco, D. Manuel Écija Narváez solicita al Ayuntamiento autorización “para construir una barraca en la Plaza de la Victoria para instalar un cinematógrafo público por tiempo ilimitado”.

La Comisión de Fomento, encargada de esos asuntos, emite el correspondiente informe, estimando que: “no hay inconveniente en que dicha autorización se conceda, siempre que la barraca que haya de construirse para la instalación del Cinematógrafo se haga con sujeción a lo preceptuado para esta clase de espectáculos en las disposiciones vigentes”. Además, sugiere que se cambie su ubicación por la “esplanda de la Plaza de la Iglesia, donde estuvo el antiguo cuartel, cuyo parage resulta muy adecuado por lo espacioso y bien acondicionado, y además no obstruye el tránsito público”. Justifica tal decisión porque “siendo (el Paseo público) de tan escasas dimensiones, aquel resultaria que quedaba todo ocupado, y por lo tanto privaria al vecindario del único punto de reunión durante las noches de verano”.

            Por fin, el día 21 de junio, el Ayuntamiento acuerda conceder al emprendedor trabuqueño dicha licencia y le comunica que debe abonar a las arcas municipales cinco pesetas, por cada noche que haya función, en concepto de ocupación de la vía pública. Se trataba de una arriesgada aventura empresarial por lo incierto del negocio, aunque el éxito de la nueva atracción ya estaba suficientemente confirmado en la capital y en algún pueblo de la provincia.

La barraca fue construida con tablas y tablones y cubierta por una lona y disponía de sillas y bancos para sentarse. Se instaló, según la licencia municipal, en un rincón de la Plaza de la Iglesia, conocido como el antiguo jardín, y allí permaneció, al menos, hasta el año 1932.

El éxito del espectáculo animó al comerciante archidonés D. Emilio Solana Miranda a la apertura, en el año 1924, de un nuevo cine en el pueblo “para recreo del vecindario” y “bajo pequeña retribución”. Elige para su ubicación el patio del Colegio de las Escuelas Pías, en un local amplio e higiénico. Tras la visita e inspección del establecimiento, la Comisión de Fomento considera que el local “reune todas las condiciones de seguridad é higiene necesarias”, por lo que no ven inconveniente en que se autorice dicho espectáculo, siempre que cumpla las leyes vigentes, insistiendo, especialmente, en que no venda mayor número de billetes o admita más personas de las que permite la capacidad del local; y que “el manejo de los aparatos” lo realice personal autorizado. En la segunda quincena de julio de 1924, el nuevo Cine inicia sus proyecciones. 

Probablemente, se realizaban representaciones de manera esporádica, coincidentes con la época estival o con festejos señalados, pues el cine era más bien un espectáculo de barraca ferial. Las imágenes proyectadas, al tratarse de cine mudo, eran descritas por un narrador o “explicador”; además, solía haber, si los medios lo permitían, acompañamiento musical.

Se habían creado en Archidona los primeros espacios de cine: la Plaza de la Iglesia y el patio del Colegio de las Escuelas Pías, que permanecieron activos, pese a las vicisitudes, durante algunos años, hasta la aparición de nuevos edificios pensados específicamente como salas estables de proyección cinematográfica.

 

REFERENCIAS DOCUMENTALES Y BIBLIOGRÁFICAS

-Archivo Histórico Municipal de Archidona, legajo 391, piezas 30 y 39.

-Espejo Lara, Juan Luis (2021): “¡Aquí antes había un cine! Paseos por el recuerdo. Algunos escenarios de cine en Archidona (1942-1997)”, Historia y patrimonio en migajas (V), https://revistarayya.blogspot.com/2021/  

-García Aguilar, José (2022): “La Sección recreativa de la Agrupación de Cofradías II: del Agrupación Cinema’ al ‘Archidona Cinema’, Revista Los Campanilleros, p.109-115.

miércoles, 12 de octubre de 2022

Felicitaciones

José Luis Nuevo Ábalos, colaborador y miembro del consejo de redacción de Rayya, publica y presenta en el salón de actos de la Biblioteca Pública Municipal “Dr. Ricardo Conejo Ramilo” su ensayo titulado “Símbolos Históricos de la Villa de Archidona”

Desde la dirección, secretaría y maquetación de Rayya felicitamos a José Luis Nuevo por su trabajo de investigación y estudio, y como dijo Juan Luis Espejo, autor del prólogo y director de Rayya, en la presentación no basta con mirar hay que observar para luego contemplar, comprender y dar valor a todo el patrimonio que existe en la villa de Archidona. Archidona la hacemos todos.

El ensayo versa sobre cuatro señas de identidad histórica del pueblo de Archidona, que se remontan a la conquista cristiana de la villa hacia 1462; el gótico lienzo de la Virgen de Gracia; la pila bautismal de cerámica verde; el escudo municipal de Archidona; y la torre del Convento de RR. Mínimas.

 El acto tuvo lugar el pasado ocho de octubre y finalizó con firma de ejemplares.

¡Felicidades! 

Imagen: Alejandro Sánchez del Olmo

Imagen: Sole Nuevo


Imagen: Sole Nuevo


Imagen: Sole Nuevo