jueves, 10 de abril de 2025

Crónica de un proceso de Beatificación


En los albores del siglo XIX, en una España convulsa e influida por los ideales surgidos con el nacimiento de las democracias censitarias y el ocaso de las monarquías absolutas, la Revolución francesa y la posterior era napoleónica ayudarían a expandir las ideas republicanas y liberales durante el reinado de Fernando VII, llamado «el Deseado» y «el rey Felón»​; en una España un tanto rezagada respecto a la revolución industrial naciente e inmersa aún en una economía fundamentalmente agrícola, surge en Archidona una figura de especial relevancia espiritual.

Esta ciudad no queda al margen de los acontecimientos y líneas futuras que ya se dibujan en quienes sueñan con ser europeos.  En el último año del siglo anterior, en agosto, y tras un largo e intenso proceso de crecimiento y discernimiento espiritual, ingresa en un rincón de paz, serenidad y quietud, como es el Monasterio de Monjas Mínimas, Madre María del Socorro Astorga Liceras, quien, tras muchos sufrimientos por varios procesos patológicos de  cierta gravedad, decide y logra formar parte de dicha comunidad y allí encuentra el camino para desarrollar su labor social, espiritual, de perfección y talante vocacional enfocado hacia un hondo misticismo que, analizado en profundidad, entronca con lo más granado de la mística del siglo XVI en España.

Viéndose abocada, por solicitud de su confesor, a escribir un diario de su sentir espiritual, encontramos numerosos escritos donde expone este sentir, vivir y deseo de fundirse en un todo con su amado el Altísimo. Escritos que, por diferentes circunstancias, han sido celosamente guardados y protegidos por las monjas del monasterio pasando como legado reverencial y esperando el momento de salir a la luz para el conocimiento, uso y dirección espiritual de muchos.

Es en estos tiempos cuando ha llegado ese momento largamente esperado y deseado por las hermanas mínimas y por numerosos devotos que la veneran, cuyos restos reposan en la cripta del monasterio y son objeto de visitas diarias por todos ellos. Una monja archidonesa que murió en olor de santidad y a la que, al fin, se le ha iniciado el proceso de beatificación, habiendo pasado ya la parte diocesana y encontrándose en fase vaticana como final de tan ansiado día en que podamos ver cómo es declarada beata.

Por ello, en el aniversario de su muerte, el pasado 31 de marzo de este año, se unieron el trabajo y la colaboración de la comunidad de monjas del monasterio y el grupo de Amigos de Madre María del Socorro para difundir aún más su figura, espiritualidad y legado que nos dejó, escritos que podemos encontrar en dos libros editados y a la venta tanto en el torno de monasterio como en su página web.


Fue el día 30 cuando se realizó un acto donde se mostraban textos adaptados de Madre María del Socorro y musicalizados por el coro de monjas, cancionero que podemos encontrar en el CD editado con la interpretación magistral de los mismos por el citado coro, e interpretado ese día junto a la rapsodia de las estrofas; mostrando un camino espiritual y cuaresmal, como base y horizonte hacia Dios, de la espiritualidad mínima.

Posteriormente, el día 31 se ofició una Eucaristía, como culmen de la celebración de este aniversario de la subida al cielo de la madre, y una convivencia fraterna, donde pudimos degustar las delicias de dulces de cuaresma que la comunidad elabora y vende a través del torno del convento y son base de su sustento.


Sea esta reseña una invitación a conocer a tan insigne figura, descubrir una mística archidonesa aún por ver la luz y ser objeto de estudios que nos clarifiquen el camino de perfección que tanto ansiaba y al que nos invita desde lo más profundo de su ser.


Autor: Andrés Ramos Ayala

Imágenes: Enrique Sánchez Lafuente

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