Después
de largos años preocupadas por el
deterioro que la torre iba sufriendo y pensando en que pudiese tener algún
desprendimiento y ocurrir algo a alguna persona, (¡esto no lo podíamos ni
pensar!) nos hacía sufrir y orábamos confiadas a la Divina Providencia y a
nuestra querida Sierva de Dios Madre Mª del Socorro Astorga Liceras, ya que fue
su padre el que la construyó en 1790, seguras de que llegaría el momento de
poderla reparar. No sabíamos cuándo ni cómo, pues no teníamos medios para
acometer nosotras las obras y tampoco por parte de las administraciones se nos
ponía fácil, ¡toda la responsabilidad recaía sobre nosotras!
Desde año 2009 en que nuestro maestro albañil el Sr. D. Luis Toledo nos manifestara su preocupación por el estado de la torre, en varias ocasiones le trasladamos nuestra inquietud al Ayuntamiento y le solicitamos informe técnico; nos consta que lo hicieron y enviaron a Cultura, solicitando la intervención y rehabilitación de la Torre. Vinieron de Cultura para verla, pero no tuvimos ninguna respuesta. En febrero de 2020 el Ayuntamiento nos notificó que había caído algún cascote, y se nos requería hacer un proyecto o memoria para llevar a cabo la intervención señalada por la Sra. Maestra de obras del Ayuntamiento Dña. Mª Dolores Aguilera Romero según la inspección que había realizado de la torre. Nos pusimos en contacto con Arquitectos viendo la manera de poderlo hacer. Cuando el día 12 de octubre sobre las 16:15 horas estando la Comunidad rezando en el Coro de la Iglesia, oímos un ruido muy grande, pensamos que era en la calle sin tener nada que ver con nosotras.
Al
cabo de unos instantes sonó la campana del torno, nos decían que si
sabíamos que la torre se había caído,
(así se nos dio la noticia). Fue un sufrimiento grandísimo, salimos dos
hermanas para ver lo ocurrido, y dimos gracias a Dios porque a pesar de los
desprendimientos tan grandes que había sufrido la cornisa de la torre, no había
ocurrido ningún daño personal, a pesar de
que es una calle muy transitada, en ese momento gracias a Dios, no
pasaba ningún viandante por la zona. Cuando salimos estaban la Policía
Municipal con la calle cortada, los bomberos y algún concejal del Ayuntamiento,
enseguida vino el Párroco D. Francisco Javier Velasco, la Alcaldesa Dña.
Mercedes Montero, y la Arquitecta del Ayuntamiento Dña. Inmaculada Montero,
mostrando todos preocupación e interés.
Aunque
nos sentíamos muy impotentes para acometer dicha obra, todo esto lo vivimos con
espíritu de fe, pues el Señor siempre ha velado y vela por nosotras, a Él, al
Amo de la casa, le confiamos lo que nos preocupa y nunca nos hemos sentido
defraudadas, siempre hemos sentido su ayuda y protección y a nuestra Sierva de
Dios Madre Mª del Socorro, para que intercediese y pronto se pudiese reparar la
obra que su padre Francisco de Astorga había construido, poniendo los medios y las personas para
realizar dicha empresa.
Así,
en medio de preocupación y angustia, sintiéndonos solas sin saber a dónde
acudir, llamamos al Vicario General de la Diócesis Ilmo. Mons. D. Antonio Jesús
Coronado Morón, contándole lo que nos pasaba; él nos acogió con verdadero
interés preocupándose por todo, se puso al habla con el ecónomo de la diócesis D.
Rafael Carmona, el que a su vez encargó al Arquitecto Técnico Pablo Pastor,
hiciese el proyecto técnico de la obra. Éste, enseguida lo hizo y todo fue
rápido. Hemos quedado muy contentas y agradecidas. Fue la primera providencia
de Dios que nos iba abriendo camino cuando para nosotras todo estaba oscuro.
Al
ver en la situación en que se encontraba la torre, muchas personas del pueblo
se interesaron y pusieron su granito de arena para que se pudiese reparar
cuanto antes. La Diputación y nuestro Ayuntamiento nos han prometido su ayuda y
en ellos confiamos. Pero un donativo que nos conmovió de manera especial fue el
de dos niños María y Carlos Rubio Sánchez-Lafuente, que al contarles el P.
Javier lo que nos había pasado, le dijeron a su mamá que nos querían dar su
hucha, ellos mismos la trajeron. Fue el primer donativo, el más bonito y
significativo, también otros niños se lo dijeron a sus papás y vinieron con
alimentos. ¡Qué gestos tan bonitos y cuánto lo agradecemos!
El día que se comenzaron a poner los andamios para la obra, estuvimos desde el amanecer poniendo en las manos del Señor la torre y rogándole que no sucediese nada a nadie, que protegiese a los albañiles de cualquier accidente e iluminase a los que tenían que dirigir la obra. Cuando vimos la torre rodeada de andamios nos parecía mentira.
Una
cosa que nos ha alegrado mucho es que los albañiles hayan sido de Archidona,
han trabajado con verdadera profesionalidad y lo han hecho como cosa propia, como ellos
decían “es que es para embellecer nuestro pueblo y tiene que quedar muy bien”.
Desde
aquí y en nombre de la Comunidad quiero agradecer muchísimo a todos los que han
colaborado de una manera o de otra con su granito de arena para realizar dicha
restauración.
Al
Obispado, a nuestros Sacerdotes por su apoyo e iniciativas, a Dña. Mercedes
Montero, nuestra Alcaldesa y a la Corporación Municipal, sin olvidar tampoco a
la Maestra de obras, que con el informe que hizo ayudó muchísimo para que todo
se agilizase, al Arquitecto técnico D. Pablo Pastor, a la constructora Hermanos
Campano, por su buen hacer y comprensión, al pintor D. Jesús Conde que ha
puesto sus dotes y tiempo para pintar la fachada y la torre, son pinturas y
grabados preciosos, que se están vendiendo para recaudar fondos para la obra, a
las personas que tuvieron ésta iniciativa D. José Núñez de Castro y D. Eduardo
Aguilar, a las Cofradías que con la compra y venta de las pinturas
están colaborando, a todos los comercios y personas que han colaborado en la
venta de papeletas para la rifa que se hizo, a la Cooperativa de aceite La
Purísima por su generoso donativo, y de una manera especial a la persona que de
forma anónima ha costeado la campana y ha hecho posible que vuelvan a tocar. En
fin a cuantos han pasado por el torno a dejar su donativo, y a los que lo han
hecho a través de la cuenta corriente. A todos muchísimas gracias.
Estamos
muy contentas y damos gracias al Señor porque una vez más nos ha protegido y ha
salido a nuestro encuentro.
Deseamos
que todo el pueblo de Archidona al contemplar la torre disfrute de su belleza
arquitectónica y eleve una acción de gracias al Señor.
Sepan
todos que detrás de estos muros hay una comunidad que día y noche reza por ustedes,
que junto a cada tañido de campanas que oigan se están elevando oraciones de
intercesión, por todos los hijos de este
pueblo y por toda la humanidad.
¡Gracias
y mil gracias!
Sor Lourdes Sánchez-Lafuente Cano O.M
Correctora