miércoles, 9 de junio de 2021

Archivo

 DÍA INTERNACIONAL DE LOS ARCHIVOS.

ALGUNAS NOTAS SOBRE LA CREACIÓN DEL ARCHIVO MUNICIPAL DE ARCHIDONA


Un 9 de junio de 1948, bajo el patrocinio de la UNESCO, se creó el International Council on Archives (ICA) con la finalidad de promover la conservación, gestión y utilización del patrimonio documental que los archivos atesoran, destacando su importancia como salvaguarda de la memoria de la Humanidad.

 

En el año 2004, el ICA, solicitó a las Naciones Unidas señalar una fecha para celebrar el  Día Internacional de los Archivos; quedando fijado, a partir del año 2007, el día 9 de junio como fecha conmemorativa de tal evento, en recuerdo de la fundación del Consejo Internacional de Archivos.

 

Rememorar año tras año dicho aniversario, como costumbre inveterada, carece de razón; sólo el renovado compromiso con la conservación, protección, custodia y buen uso del patrimonio documental por parte de autoridades, sectores públicos y privados, archiveros y público, en general, dotará de sentido la celebración. Por ello, desde nuestra Revista queremos contribuir en esta efeméride dando a conocer algunas notas sobre la creación del Archivo Municipal de Archidona.

 

La Historia de nuestro Archivo comienza en el mismo instante en el que el poder municipal, representado por el Concejo o Ayuntamiento, ejerce las tareas administrativas que son de su competencia. Esto sucedió cuando Archidona, con la conquista cristiana, dejó de ser una fortaleza fronteriza y, paulatinamente, fue convirtiéndose en una villa poblada y necesitada de un gobierno, no sólo militar, sino también civil.

 

Los primeros fondos que constituyeron el Archivo Municipal fueron los Libros de Actas Capitulares, en los que se recogían e insertaban, junto con los acuerdos concejiles, otros documentos ajenos a tales deliberaciones (alguna provisión condal y peticiones de los vecinos al Concejo). El primer Libro de Actas conservado, correspondiente a los cabildos celebrados entre los años 1514-1531, quedó depositado en el arca del Cabildo, siguiendo las disposiciones dictadas por los Reyes Católicos sobre la creación de los archivos municipales y la custodia de sus fondos.

 


Portada del primer Libro del Cabildo de la villa de Archidona del año 1514.


Con la incorporación de nuevos documentos, debido a la progresiva complejidad que las tareas administrativas iban adquiriendo, los fondos fueron creciendo y el arca se había quedado pequeña. Por ello, en el año 1525, el Concejo acuerda, con un carpintero de la villa, la confección de un arca nueva, provista de cajones, para poner en ella todas las escrituras y libros del Cabildo.

 

En las Ordenanzas Municipales del año 1598, los miembros del Cabildo, conscientes de sus obligaciones con respecto a la buena gestión de la documentación municipal, dedican un apartado al archivo y a la organización del mismo, prestando especial atención a la custodia y control de los fondos para evitar pérdidas o sustracciones:

 

Yten, en el dicho Ayuntamiento y casas del a de aver una arca  archibo de tres llaves conforme a la ley real, en el qual esten todos los papeles, escrituras y privilegios que convengan al dicho Cabildo y al bien publico desta villa y la una llave tenga el señor corregidor y la otra un alcalde o regidor y la otra el escribano del Cabildo, y en el dicho archibo aya un libro donde esten escritos todos los papeles, escrituras y privilegios que en el uviere con quenta y claridad y si algun papel, escritura, libro o otra cosa se sacare se escriva en el libro como y para que y quien lo lleva y se haga bolver y no haziendose asi sea a cargo de los que tienen las llaves”.


 


Acta de la primera reunión del Concejo en la que se registra
la elección de oficiales para el año 1514.

Pese a estas prevenciones, en el año 1601, al derrumbarse las casas consistoriales, el arca del archivo se perdió y con ella, papeles de mucha importancia y a esta causa se llevaron muchos de los dichos papeles y no han apareçido. Aunque se amenaza de excomunión a los expoliadores, era necesario custodiar y organizar de manera más eficaz la documentación municipal. Así, en el año 1604, a instancias del escribano, el Concejo manda construir, en el hueco de la escalera por donde se sube a la sala alta del Cabildo, el primer cuarto destinado a archivo, tendrá su puerta con cerradura y llave y en él se colocarán un escritorio y una estantería para que se recojan los papeles porque de no haberlo estan los papeles a mucho riesgo y los papeles andan en muchas manos.

 

Han transcurrido siglos desde aquellos accidentados inicios, y ahora los archidoneses, que tenemos la fortuna de conservar un rico y completo patrimonio documental, tanto público como privado, legado por nuestros antepasados, estamos obligados a preservarlo y encomendarlo a generaciones futuras, conservando su integridad y evitando pérfidas disgregaciones.

 

Desde Rayya. Revista de investigación sobre la historia y el patrimonio de Archidona y la comarca Nororiental de Málaga os invitamos a conocer, a valorar y a disfrutar de nuestros Archivos y de su ingente riqueza documental.

6 comentarios:

  1. Muy interesante, enhorabuena y gracias por vuestro gran trabajo.
    Abrazos.

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  2. Muchas gracias a ti por tu opinión; nos agrada que te resulte interesante, pues nuestro trabajo adquiere verdadero sentido cuando resulta provechoso y complace a personas plenas de curiosidad.

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  3. Excelente trabajo, muchas gracias por promover y proteger el patrimonio histórico y cultural de nuestro pueblo.

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    1. Gracias, Dulce. El compromiso de todos los que estamos, de alguna manera, vinculados a Rayya es el de, como bien dices, promover y proteger el patrimonio en general y, especialmente, el de Archidona. Creemos que esta tarea compete a todos, pues se trata de custodiar nada menos que la memoria de la colectividad.

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  4. Muy interesante. Dar luz a legajos y valor a los archivos, como hace Juan Luis Espejo con el nuestro, es encomiable.
    Un verdadero orgullo

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  5. Querido Juan Antonio, en efecto, el emocionante acto de abrir un legajo, posiblemente cerrado durante siglos, supone para el historiador revivir historias que está obligado a contar a los demás, sin olvidar que, asimismo, debe revelar el contenido del arca que las atesora.

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